Seguridad Sanitaria: Mejora la seguridad del agua potable y reduce el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua. Protección Ambiental: Permite monitorear y proteger ecosistemas acuáticos al detectar parásitos que podrían afectar la fauna y flora acuática. Eficiencia en el Procesamiento: Ofrece un enfoque eficiente y escalable para el análisis de grandes volúmenes de agua, lo cual es crucial para operaciones a gran escala, como en plantas de tratamiento de agua. Prevención de Contaminación: Facilita la detección temprana de parásitos, ayudando a prevenir la contaminación y el deterioro de recursos hídricos. Cumplimiento Normativo: Asegura que se cumplan las normativas y estándares de salud pública y calidad del agua, evitando sanciones y protegiendo la reputación de las empresas y autoridades responsables. Innovación Tecnológica: Promueve el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías para la detección de parásitos, lo que puede llevar a avances en otras áreas relacionadas con la microbiología y la ingeniería ambiental. Costos Reducidos: Reduce los costos asociados con el tratamiento de agua y la gestión de enfermedades mediante una detección más precisa y oportuna. Conciencia Pública: Aumenta la conciencia sobre la calidad del agua y los riesgos asociados, lo que puede fomentar prácticas más seguras y responsables entre los consumidores y las autoridades. Investigación y Desarrollo: Facilita la investigación sobre nuevos parásitos y su impacto en el agua, lo que puede contribuir al avance en el campo de la salud pública y la protección del medio ambiente. Sostenibilidad: Contribuye a la sostenibilidad al garantizar que los recursos hídricos se mantengan limpios y seguros para las generaciones futuras.
