Proporciona un valor significativo al reducir el impacto ambiental, optimizar el uso de recursos y asegurar el cumplimiento normativo. Facilita la mejora en la sostenibilidad, fomenta la innovación y la competitividad, y contribuye a la educación y la conciencia ambiental. Además, mejora la transparencia y comunicación, gestiona riesgos ambientales y promueve beneficios sociales, fortaleciendo el compromiso de la organización con la responsabilidad ambiental y social.