Proporciona un valor significativo al mejorar la precisión del control, optimizar procesos, asegurar la calidad y eficiencia, desarrollar modelos predictivos, reducir costos, y fomentar la mejora continua. También impacta positivamente en la calidad del producto, capacita al personal, y promueve la innovación tecnológica, facilitando el avance en el diseño y la sintonía de sistemas de control.