La capacidad de analizar dinámicas de mercado y relaciones con grupos de interés mediante herramientas de investigación social y tecnológica con perspectiva humanista aporta un valor diferencial al integrar el análisis estratégico con la comprensión profunda de las motivaciones, expectativas y tensiones que configuran las relaciones entre las organizaciones y sus públicos clave. Este enfoque permite trascender una visión meramente instrumental del marketing y la gestión, generando diagnósticos más integrales, éticos y sensibles al contexto. Así, se promueve la toma de decisiones basada en datos, pero también orientada al bienestar colectivo, la sostenibilidad y la construcción de relaciones genuinas y duraderas. Esta capacidad fortalece la inteligencia relacional de las organizaciones y aporta significativamente al desarrollo de modelos de negocio centrados en las personas.