Al centrarnos en la inclusión de diversidades sexogenéricas, neurodivergencias y funcionales, podemos crear entornos más equitativos y acogedores que reconozcan y valoren la diversidad humana en todas sus formas. Este enfoque inclusivo no solo mejora la cohesión laboral y el bienestar de todos los miembros de la organización, sino que también promueve la innovación al aprovechar una amplia gama de perspectivas y talentos únicos. Además, fomenta un entorno de trabajo basado en el respeto y la igualdad, demostrando el compromiso de la institución con los principios de justicia social y equidad.