Ofrece un valor significativo al mejorar la investigación oceánica, conservar y gestionar ecosistemas marinos, desarrollar capacidades y conocimiento, e impulsar la innovación tecnológica. Facilita la optimización de recursos, fomenta la colaboración, impacta positivamente en políticas públicas, beneficia a la sociedad, mejora la respuesta a desastres y apoya la sostenibilidad a largo plazo.