panorama general
La inteligencia artificial (IA) nos permite poner las máquinas, mediante el uso de tecnologías, a realizar procesos tan complejos, que parecen emular la inteligencia humanal con la que aprendemos, razonamos y tomamos decisiones. La Universidad de Stanford describe la IA como «toda actividad dedicada a hacer las máquinas inteligentes», agregando que la inteligencia «es aquella cualidad que permite a una entidad funcionar apropiadamente y con previsión en su ambiente» (Stone et al., 2016). Adicional a los beneficios y ventajas que conlleva el desarrolla de esta tecnología, se deben generar estrategias desde el ámbito político para mitigar los riesgos a los que puedan ser expuestos tanto la sociedad como la industria y economía del país, en este ámbito Colombia ha establecido una política que nos permite, como país, reducir la brecha en cuanto a las capacidades y habilidades disponibles actualmente, para aprovechar las oportunidades relacionadas con la adopción y desarrollo de esta tecnología.
A medida que la población se apropia de las nuevas aplicaciones creadas, estas dejan de ser consideradas IA (Stone et al., 2016). Ejemplos de sistemas de IA que hoy pueden no ser considerados como tales, incluyen la publicidad personalizada, las sugerencias para hacer nuevos contactos en redes sociales, y recrear algún familiar fallecido, animando una fotografía. A nivel más práctico encontramos aplicaciones de movilidad, que permiten trazar la mejor ruta posible de un punto de origen a un punto de destino, con información de tráfico en tiempo real, o la identificación automática de correos electrónicos no deseados (Sanguinetti, y otros, 2021), algoritmos adaptativos para reconstruir información perdida o corrompida, descifrar mensajes encriptados, anticiparse a ataques cibernéticos (y llevarlos a cabo), y facilitar el diseño de controladores industriales haciendo que “aprendan” en cada operación e incrementando iterativamente la eficiencia y precisión.
En el campo de la investigación científica de punta, la IA está apoyando con éxito las mejoras del diseño de los reactores de fusión nuclear, la lucha contra el cáncer, el desarrollo de nuevos materiales y la persecución de muchos de los sueños de la humanidad. Desde hace tiempo nos hemos enfrentado a una incipiente IA en videojuegos de fútbol o en partidas de ajedrez, y ahora leemos sus titulares redactados automáticamente, e incluso disfrutamos de sus artículos, muchos de ellos superiores a este.
Algunos de los países que se han dotado de estrategias nacional para abordar de manera responsable la IA son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay; resaltando que solo el último país ha centrado su estrategia específicamente en el sector público (Sanguinetti, y otros, 2021). En el panorama del uso de la IA en América Latina, se ha evidenciado que los gobiernos que han desarrollado estrategias entorno a esta materia lo hacen de manera independiente y cada uno maneja su ritmo y evolución, sin observar lo que ocurre en los otros países, en especial los que limitan con sus fronteras.
En el año 2020 Colombia fue reconocida como una «estrella ascendente» en el índice de preparación del gobierno para la IA de Oxford Insights e IDRC, contando con el apoyo político y cuyo objetivo es generar mayor valor social y económico a través de la transformación digital del sector público y privado, aprovechando las oportunidades y enfrentando los retos de la Cuarta Revolución Industrial (Sanguinetti, y otros, 2021). El Gobierno colombiano ha dado prioridad a acciones relacionadas con la ética y gobernanza alrededor de la implementación de tecnologías IA, han previsto entidades especializadas para la implementación de estrategias, entre ellas el Task Force de IA y el Consejo Internacional de IA (Guío, 2021).
Colombia cuenta con el CONPES número 3975 – POLÍTICA NACIONAL PARA LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL E INTELIGENCIA ARTIFICIAL, aprobado en 2019; esta política busca aumentar la generación de valor social y económico a través de la transformación digital del sector público y del sector privado, mediante la disminución de barreras, el fortalecimiento del capital humano y el desarrollo de condiciones habilitantes, para que Colombia pueda aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos relacionados con la Cuarta Revolución Industrial (DNP, MinTIC, & DAPRE, 2019). Cabe resaltar que dicha política cuenta con 14 principios para el desarrollo de la IA en el país.
El éxito del proceso de definición de la estrategia colombiana se basa en lo siguiente: Ha contado con liderazgo político de alto nivel y coordinación, que se ha traducido en compromiso y capacidad de acción, ha sido proactivo en temas digitales y se ha adelantado a la necesidades, ha priorizado las discusiones de alto nivel técnico para lograr una provechosa colaboración con entidades internacionales expertas en la materia y ha sabido aprovechar al máximo los aportes de organismo multilaterales (Sanguinetti, y otros, 2021).
Conclusiones
La apropiación e implementación de la IA en Colombia nos abre nuevas oportunidades para transformar la visión que tenemos como país, más allá de definir una política pública y respaldarla desde la gobernanza, también se debe garantizar y establecer estrategias que: fomenten la mitigación de los riesgos éticos y jurídicos, ayuden a la sostenibilidad de la IA, respalden las estructuras que promuevan la replicación y despliegue de la IA, y a su vez se resguarden de manera generalizada los procesos de formación y capacitación del talento humano encargado de apropiar estas nuevas tecnologías de la IA en todos los sectores del país; y que estas no solo se limiten a la implementación en la parte jurídica o gubernamental.
Existe una gran necesidad de articular el sector público y privado, la apropiación de la IA debe ser una estrategia nacional que impacte de manera significativa todos los sectores que participan en este país, incluyendo la sociedad civil que será considerada como un factor clave en los procesos de apropiación de las tecnologías de la IA. Dicha articulación debe velar por que estas interrelaciones reduzcan las brechas existentes en materia de IA, fortalezcan la confianza entre las instituciones y finalmente pero no menos importante, se refuercen las medidas de seguridad y privacidad de los usuarios involucrados.
La falta de articulación entre los países de América Latina genera un retraso en la evolución de la apropiación e implementación de la IA, establecer relaciones entre los gobiernos y demás sectores permitirá que se comparta el conocimiento, las experiencias y los casos de éxito que han sido adquiridos en los procesos que se han desarrollado con las tecnologías de la IA. Todo esto potenciará las competencias y habilidades nacionales; a medida que estas avancen se verá reflejado a nivel Latinoamericano el apoyo y la articulación entre los países. Según la CAF 2021, los países que encabezarían la lista compartiendo los componentes en los que se han especializado a la fecha, son: Argentina, en experimentación; Brasil, en interoperabilidad; Chile, en comprender las necesidades de los usuarios; Colombia, en asegurar un enfoque ético y confiable; Panamá, en infraestructura y Uruguay, en estrategia de datos subyacente.